Hola a todos

Publicado el 22 de diciembre de 2024, 19:32

 

Hola a todos, me llamo José y ya llevo unos meses con Jacinto y con los demás profesores de esta escuela dando clases de ELE (Español como Lengua Extranjera).

Colaborar con la Escuela de Idiomas Pro Bono resulta gratificante porque estás ayudando a gente muy pobre, pero también muy joven y entusiasta, a mejorar sus perspectivas profesionales. Esa es la principal motivación de los alumnos. Yo llevo unos meses trabajando con María, una chica de Uganda. María trabaja con una ONG española, Kelele África, y el hecho de manejarse cada vez mejor en español amplía sus posibilidades de asumir nuevas responsabilidades dentro de la ONG. Además de eso, María y yo nos divertimos en las clases. El otro día le comenté que en Guadalajara (donde vivo) hacía una mañana muy fría y muy soleada. Y ella, que vive prácticamente en la línea del ecuador, no podía entender que, si hacía mucho sol, también podía hacer mucho frío. “Yo quiero ver eso”, decía. Ese día la clase, centrada en “¿Qué tiempo hace hoy?”, funcionó a las mil maravillas.

Enseñar a alumnos jóvenes y llenos de curiosidad por nuestra cultura es un aliciente para ir a conocerlos en persona a su país. En septiembre de 2024 estuve en Uganda, visitando las instalaciones de Kelele África y su escuela de Kumwenya. ¡Qué maravilla de sitio y qué experiencia tan enriquecedora! Además de a María, conocí a los niños de la escuela (en la foto), a la gente que allí trabaja, españoles y ugandeses, y la preciosa zona de las montañas Rwenzori, no lejos del Lago Victoria, sin duda una de las zonas más bonitas del centro de África. La Escuela de Idiomas Pro Bono fue el primer paso para hacer ese largo y hermoso viaje.

Soy profesor de inglés jubilado. Tener experiencia como profe de idiomas sin duda ayuda, pero no es imprescindible. Las clases son individuales y pronto se genera una buena química con el alumno. Y eso es lo esencial. Luego hay que dejarse llevar por la intuición, recurrir a los compañeros con experiencia (somos ya más de 15 y creciendo) y preparar un poco las clases.

En el Drive que compartimos los profes hay material más que de sobra. Y en Internet ya ni te cuento. En otro post os contaré algo de los vídeos y libros que utilizo en mis clases y que mejor me funcionan.

Si a alguien le da la impresión de que estoy intentando animaros a participar en nuestra escuela, solo puedo deciros que, efectivamente, así es. No todo son risas, claro: algún día falla la conexión, otro día el alumno no te avisa de que está liado y no puede venir a clase y te llevan los diablos y, al siguiente, sencillamente, es a ti a quien no le apetece encender el ordenador. Con todo, estas clases son una forma magnífica de ayudar y de viajar (y no solo virtualmente), de conocer gente y de poner nuestro granito de arena para que este mundo sea un poquito mejor.

 

José Sánchez

Profesor voluntario de español

 

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